domingo, 19 de junio de 2011

La fractura de la izquierda


La exdiputada del PP, Teresa Bravo, ha concluido hace unos días el curso rápido para ser concejal en el que han participado decenas de ediles electos por esta formación política en Extremadura. Intuyo que el PSOE hará lo propio organizando un máster acelerado sobre cómo estar en la oposición y no morir en el intento. Ironías aparte, los socialistas tienen ante sí un sombrío panorama que va a provocar antes o después una fractura política de calado que, por extensión, va a alcanzar a quienes se encuentran a su izquierda.

El pulso que la sociedad extremeña le ha echado a IU por culpa del destino ha servido para demostrar, al menos, dos cosas. La primera es que Izquierda Unida no está tan unida como aparenta y su decisión de apoyar la lista del PP le va a pasar factura a su coordinador regional, Pedro Escobar; pero no por apoyar a los populares, sino por haberse dejado convencer por Cayo Lara y expresar públicamente su respaldo al socialista Guillermo Fernández Vara. La segunda es que, por primera vez, Extremadura ha plantado cara a Madrid; la última comunidad, la del furgón de cola, la de la emigración y el paro, ha sacado pecho ante la corte de villanos desplazada desde la capital de España a la Mérida romana para imponer su criterio.

El PSOE ha sabido disimular con mayor o menor acierto la escisión interna que arrastra desde el 22-M prestando oídos sordos a las acusaciones lanzadas por el expresidente Rodríguez Ibarra y templando los ánimos de quienes se sienten traicionados por algunos guiños que se han hecho a IU. El nuevo mapa político regional deja un lastre para los socialistas y pone en la encrucijada a Fernández Vara, que ha protagonizado uno de los mandatos más efímeros –sólo cuatro años- que se contabilizan entre los presidentes regionales.

Pero el apoyo de IU tampoco le va a salir gratis al futuro presidente, José Antonio Monago (PP), obligado a renunciar a buena parte de su programa electoral para mantener el equilibrio político durante los próximos cuatro años. Escobar está obligado a forzar situaciones límites para reconducir ideológicamente a IU, rentabilizar su decisión y, sobre todo, explicar a la sociedad que lo que ha hecho era lo mejor que se podía hacer. Se han abierto las ventanas; ahora está por ver el aire que entra.

sábado, 18 de junio de 2011

Los 12 mandamientos de IU y la oveja descarriada



A medida que se acerca el día “D”, han ido silenciando las mal llamadas voces discrepantes de IU. Y digo lo de “mal llamadas” porque, en todo caso, los que disienten serían aquellos que representan la minoría, es decir, los que apoyan la continuidad de un gobierno del PSOE.

En las últimas semanas ha trascendido el interés del que será diputado de IU, Alejandro Nogales, de abstenerse para permitir que gobierne la lista más votada; hemos conocido la amenaza del concejal de IU en Navalmoral de la Mata, Paulino Luna, de abandonar la coalición si se apoyaba al PSOE, y hemos asistido al plante de los ediles de SIEX en Monasterio, dispuestos a no tomar posesión de sus actas de concejal si se cedía la presidencia de la Junta de Extremadura a los socialistas. Se ha confirmado que una mayoría “aplastante” de asambleas locales es partidaria de que gobiernen los populares por ser la lista más votada y el ideólogo de IU en esta comunidad, Miguel Manzanera, ha denunciado “voluntades compradas”, prebendas y una “telaraña de influencias” tejida por los socialistas que, según ha dicho, alcanza, incluso, a los medios de comunicación.

El coordinador federal, Cayo Lara, viene hoy a Extremadura a forzar un pacto de izquierdas. Apenas ha contado con el apoyo de Manuel Sosa que, después de trascender que la práctica totalidad de las asambleas locales de IU apuesta por la abstención, se ha inventado la fórmula del voto urbano porque, dice, en las principales ciudades se ha apostado por la investidura de Vara.

Manzanera decía en la web de IU “frente a la presión externa, cohesión interna”. Me va a permitir que le cambie el titular por este otro: “frente a la presión externa, confusión interna”, aunque, a decir verdad, la principal presión no viene de fuera, sino de Madrid, contrariada por la postura de unas bases que han permitido acuerdos municipales con el PP en numerosos ayuntamientos.

Los frecuentes viajes de Cayo Lara a Mérida y de Fernández Vara a Madrid, en este último caso amparado en “motivos personales”, han abierto paso a la suspicacia. Pero no son los únicos motivos que apuntan a un gobierno socialista en Mérida. La falta de transparencia informativa –PSOE e IU han tenido varios encuentros-, los ceses de los directivos de Feval, y el nombramiento de Ibarra como consejero electivo del Estado, sólo pueden entenderse como un guiño sin precedentes, una muestra de lo que podría ser un cambio de rumbo de la política socialista tras las exigencias de la coalición, que pedía el cese de altos y medios cargos y el cierre de la oficina del expresidente.

Otro detalle que no debe pasar inadvertido es la elaboración de un documento denominado "Propuesta para la rectificación y giro a la izquierda de la política en Extremadura", que son “los 12 mandamientos de IU”. No tiene sentido que éste resumen de su programa electoral se entregase el viernes por la tarde a Vara en una reunión express y que se pretenda enviar ahora al PP cuando Escobar tuvo la oportunidad de hacerlo un día antes. Eso sin entrar a valorar la paradoja que supone ponerle al PP encima de la mesa un documento para que “gire a la izquierda”.

IU va a analizar hoy sus 12 mandamientos y va a presenciar el Sermón de la Montaña. Pero en la reunión va a estar la oveja descarriada, esa que ha dicho que “ni por activa, ni por pasiva va a permitir un gobierno del PSOE”. Es el gran pulso. Porque el día de la investidura no va a estar Cayo Lara, sino Alejandro Nogales, un señor de Zafra que no ve sentido dar una prórroga de cuatro años a quien lleva 28 gobernando.

domingo, 12 de junio de 2011

Activa, pasiva y disyuntiva

Las noticias relacionadas con Izquierda Unida en Extremadura son, desde el 22-M, las más leídas y valoradas. Con los votos aún calientes en las urnas, pero con los resultados claros encima de la mesa, el coordinador federal de IU, Cayo Lara, se encargó de filtrar la misma noche electoral que la Junta de Extremadura sería del PSOE. Cayo Lara, ha hecho célebre la ya manida frase de que el PP no gobernará Extremadura “ni por activa ni por pasiva”, lo que traducido al castellano moderno significa que ni siquiera permitirá con su abstención que Monago sea presidente.

Para deshojar su margarita electoral, IU Extremadura ha convocado a sus bases a través de asambleas en las que, de forma mayoritaria, los militantes están apostando por la abstención para permitir un gobierno del PP por ser la lista más votada. IU ha lanzado un mensaje a su electorado tan improvisado como confuso desde el momento en que ha aclarado que el resultado de la consulta a la militancia no será vinculante.

IU presume de ser una coalición federalista, autónoma e independiente, algo que, de ser cierto, le otorgaría el poder suficiente como para hacer oídos sordos a su líder nacional. En un ejercicio de ambigüedad sin precedentes, y antes de la constitución de los ayuntamientos, la coalición dirigió a sus agrupaciones locales una circular en la que pedía un ejercicio de responsabilidad como fuerza de izquierdas, pero no impedía acuerdos con el PP, lo que ha permitido que los populares controlen un importante número de alcaldías. La pregunta obligada es si hay autonomía y libertad para formar gobiernos locales y órdenes para la constitución de los autonómicos.

La transparencia de que ha hecho gala IU se ha tornado en mutismo. Ni se han dado a conocer todos los encuentros que ha habido con el PSOE, ni se han desvelado los ofrecimientos que Fernández Vara ha puesto encima de la mesa, como la reducción del número de consejerías, la modificación de la Ley del Suelo, el abandono del proyecto de la refinería, el ofrecimiento de entrar en el gobierno regional o la reforma del Reglamento de la Asamblea de Extremadura para que IU pueda constituirse como grupo parlamentario propio. Si a esto unimos que han comenzado a omitirse los resultados de las asambleas en las que, curiosamente, ganaba por mayoría aplastante la abstención, es lógico que en el PP comience a cundir el desánimo.

IU no ha determinado dónde está el límite que separa la autonomía de la desobediencia, porque tras la constitución de los nuevos ayuntamientos y sus apoyos al PP, nadie ha hablado de la adopción de medidas disciplinarias. Da la sensación de que la autonomía y el carácter federalista se aplican por zonas, y que todo está permitido en los gobiernos locales, pero no en los autonómicos. Y esa forma de medir con distintos raseros va a pesar mucho en el futuro de la coalición.

IU tiene ante sí la disyuntiva de obedecer a Cayo Lara o de escuchar a sus bases. Que escuchar y obedecer son dos verbos distintos.

jueves, 9 de junio de 2011

Anónimos


No sé si la cobardía es la madre de la crueldad, pero estoy convencido de que los cobardes se cobijan bajo las normas y se ocultan en su propia sombra. He tenido la fortuna de descubrir a un cobarde y le he obligado a revelar su identidad, y eso es un desafío para quienes siempre hemos usado nombre y apellidos.

Con la proliferación de los medios digitales, los que damos la cara nos encontramos con frecuencia a los "anónimos", que son desconocidos que se camuflan como caimanes para escribir comentarios que nunca se atreverían a hacer revelando su identidad. Generalmente su pluma es el rencor, y suelen utilizar bilis en lugar de tinta porque sus vidas vacías no les otorgan la felicidad suficiente como para salir a pasear sin esconder la cabeza.

A las 19.29 del 7 de junio, alguien que no proporcionó su identidad dejó un comentario en este blog. Tras identificar al comunicante anónimo, tomé sus propias palabras, las envolví en papel de regalo y se las envié a su correo electrónico. Al verse descubierto no tuvo más remedio que disimular y un día después publicó sus exabruptos en un blog que ha creado para familiares y amigos.

Con la fragilidad de memoria que le caracteriza, trata de unir palabras como si de tuberías se tratase y reprocha que no se otorgase al caso de IPEx y sus dimisiones en cadena la misma trascendencia que a la sentencia de la Mancomunidad de Municipios de Sierra de Gata. Hábil en el ejercicio de la manipulación, en lugar de reflexionar y autocensurarse para dejar de ser la oveja negra de su partido, olvida la más que discreta actuación de este periodista en el caso MAI, ese invento por el que está imputado.

Es probable que la derrota electoral le esté obligando a autoflagelarse y me esté pidiendo a gritos -y yo sin enterarme- que quiere un serial con entregas diarias para que definamos con exactitud el término "tropelía". Así, al menos, cuando haga acusaciones, las hará con fundamento.

miércoles, 8 de junio de 2011

La dignidad de Valle


Lo mismo da triunfar que hacer gloriosa la derrota, y Juan Valle se ha convertido en un ejemplo de buen perdedor. El candidato del PSOE al Ayuntamiento de Coria y alcalde de la ciudad durante los últimos cuatro años, ha confirmado su retirada de la vida política con humildad y transparencia.
Pese a la derrota electoral sufrida por el PSOE en toda España –incluido el resultado de los comicios autonómicos en Coria-, Valle se ha autoinculpado en un ejercicio de humildad sin precedentes del que deberían tomar buena nota sus vecinos más allegados.
El exalcalde ha pedido 1.253 disculpas –que son las que le separan de la vencedora lista del PP- a sus vecinos, a sus militantes y a su familia. Son 1.253 razones para marcharse a casa, pero eso sí, mostrando sus cuentas corrientes y su nómina, a ver si se le pega a alguien aunque sólo sea por proximidad geográfica. Y para aquellos que aún no han entendido el mensaje del electorado, un simple consejo: renovación y limpieza.
El perfil político de Valle es inusual en el PSOE; no es un militante histórico, accedió a la política por vocación y se marcha con la misma tranquilidad con la que llegó hace ocho años. Valle es uno de los muchos hombres a los que el partido les da una palmada en la espalda y les agradece los servicios prestados. En su despedida no han estado ni Fernández Vara –más preocupado por los pactos postelectorales-, ni Rodríguez Ibarra, que sí salió del escondite para apoyar a Elia María Blanco tras ser imputada en Plasencia.
Valle se acuerda ahora de su familia y del tiempo robado. El tiempo es lo más caro, y perderlo es un derroche. El tiempo es el espacio entre los recuerdos. Y la memoria es el centinela del cerebro y de los recuerdos.

lunes, 6 de junio de 2011

Un insulto a la inteligencia


La sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) que anula los acuerdos adoptados por la Mancomunidad de Municipios de Sierra de Gata en la sesión extraordinaria del 9 de octubre de 2009 es la mayor reprimenda que se puede hacer a un dirigente político. Es inusual encontrar en un fallo judicial tal cúmulo de reproches por las numerosas irregularidades cometidas.

En ese pleno se expulsó al Ayuntamiento de Moraleja por no abonar una deuda de 146.819,37 euros correspondiente al servicio de recogida de basuras, algo reconocido tanto por el deudor como por la demandante. Pero la Mancomunidad de Sierra de Gata elaboró precipitadamente un informe carente de rigor en el que solicitaba una indemnización de 1.454.050,59 euros en concepto de daños y perjuicios.

La sentencia señala diversos atropellos que, por mucho que se excuse el presidente, Alfonso Beltrán, tenían una elevada intencionalidad política: 1) El informe no figuraba en el orden del día de la sesión plenaria; 2) Fue elaborado después de convocar la sesión; 3) No fue puesto a disposición del Ayuntamiento de Moraleja; 4) No se informó al ayuntamiento de las consecuencias que acarrearía su expulsión; 5) Se incorporó a la decisión del pleno de forma "sorpresiva" y 6) No fue tratado previamente en la Comisión Informativa Especial de Hacienda.

Un fallo judicial como éste, en un contexto político decente, levantaría los cimientos del ente comarcal, más afanado en tapar turbios asuntos que en gestionar con rigor democrático los bienes de los administrados. La Mancomunidad de Sierra de Gata vulneró los derechos fundamentales de información y participación y una norma esencial para el funcionamiento del pleno, como es que la documentación a debatir sea conocida con anterioridad por los asistentes a un pleno. Alfonso Beltrán permitió, con su actitud, un ataque a las normas elementales de transparencia informativa y a la propia "racionalidad del funcionamiento del sistema democrático y el Estado de derecho”. Y lo dice textualmente una sentencia.

La Mancomunidad de Sierra de Gata se saltó a la torera el Reglamento de Organización, funcionamiento y Régimen Jurídico de las entidades locales y violó el artículo 14 de sus propios estatutos. Y por si fuera poco, echó por tierra un derecho constitucional al no poner en manos de su denunciado la información necesaria para defenderse.

En una sentencia de 12 folios, el TSJEx apenas dedica unas líneas a recordar que el revolcón judicial sufrido por la Mancomunidad de Sierra de Gata no libera a Moraleja de hacer frente a sus pagos. Sin embargo, Alfonso Beltrán sólo ha entendido el mensaje que libera su conciencia. Convencido de que el temido varapalo está motivado por un "defecto de forma", sostiene que la sentencia le otorga la razón, algo que sólo podemos entender como un insulto a la inteligencia. Lo dijo un director de cine francés: "La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus limites, la tontería no".

miércoles, 1 de junio de 2011

El disputado voto del señor Cayo (Lara)




El plebiscito de la coalición Izquierda Unida (IU) en Extremadura pretende transmitir un soplo de "democracia real" que permita a los ciudadanos advertir que hay una formación política distinta y distante de las demás. Formular una consulta a las asambleas locales, pese a que el resultado no tenga carácter vinculante, es un ejemplo de que en política se puede invertir la pirámide estructural que sitúa en el vértice a los dirigentes, y en la base, a quienes generalmente acatan las decisiones de quienes ostentan el poder.


El 25 de noviembre de 1976, un destacado miembro del Comité del Partido Comunista de España (PCE), planteaba en una tribuna publicada en el diario EL PAÍS como requisito indispensable para que una consulta pueda aspirar a una mínima legitimidad democrática "que la pregunta o preguntas permitan una expresión libre de la opinión". IU ha planteado a sus asambleas tres opciones: apoyar la investidura del socialista Fernández Vara; apoyar la investidura del candidato socialista y entrar en su gobierno y, finalmente, permitir con la abstención un gobierno del Partido Popular (PP). Es evidente que, aunque sólo sea por una pura cuestión de equilibrio, falta preguntar a las bases por un acuerdo de gobierno PP-IU, algo nada descabellado si se tienen en cuenta los antecedentes del año 1995 que, gracias al acuerdo de ambas formaciones, permitió arrebatar la presidencia de la Asamblea de Extremadura a los socialistas.


Las preguntas planteadas por IU-Extremadura a sus bases parten con un latente defecto de forma desde el momento en que ofrecen más posibilidades de gobernar al PSOE que al PP, pues dos de las tres cuestiones formuladas inclinan la balanza a favor de los socialistas.


Las contínuas presiones del coordinador federal de IU, Cayo Lara, para evitar que el PP acceda al gobierno de Extremadura, chocan con la estructura federalista y autónoma de la coalición que él mismo dirige, pero no controla.


En 1978, Miguel Delibes publicó su novela "El disputado voto del señor Cayo", en la que triunfa la experiencia frente a la impericia; la razón frente a la irreflexión y la verdad frente al embuste. IU tiene en sus manos el futuro de una región que, independientemente de quién gobierne, reclama un cambio. Abran las ventanas, por favor.